Durante años he utilizado este blog como una vía de escape personal. Cuando me sentaba delante de la pantalla en blanco, muchas veces sin saber muy bien sobre qué me dispondía a escribir, me dejaba llevar por lo que me sugería la receta que había preparado y permitía que la parte más sensible de mí aflorara. Ni se me ocurría pensar que algo tan personal fuera a leerlo alguien que ni conocía. Qué gran contradicción: no reconocer mis debilidades más profundas, sino solo a algunos amigos contados con los dedos de una mano, y luego ser capaz de abrir mi pecho y exponer lo más vulverable de mí ante cualquier clic…
Pimientos rellenos con seitán
Hacía una eternidad que no me sentaba delante del ordenador y me enfrentaba a esta pantalla en blanco que tantos cientos de veces he rellenado con un trocito de mí y una receta… Los que me seguís desde hace tiempo habréis notado que a lo largo de estos ya casi ocho años desde que abrí el blog, mis recetas han ido cambiando.
Alcachofas rellenas de tofu
Crema de lentejas rojas con hinojo
Hoy me han sacado una muela del juicio. Ese es el motivo principal de que suba esta maravillosa receta de crema de lentejas rojas con hinojo, cocinada especialmente para la ocasión, porque puede etiquetarse en prácticamente todas las dietas: blanda, macrobiótica, vegetariana, vegana, para celíacos, diabéticos… Vamos, que todo el mundo la puede comer, porque hasta al que se queja de flatulencias con las legumbres le sienta bien, puesto que las lentejas rojas están peladas (la piel suele ser lo que produce los famosos gases de las legumbres) y encima lleva hinojo y comino, ambos ingredientes muy digestivos.
Rollito vietnamita vegano
Ayer a medianoche el reloj marcó su última vuelta del 2018. En ese intervalo donde todos llevamos casi una vida tratando (sin conseguirlo) de tragar las uvas en el tiempo exacto que dura cada campanada, hasta alcanzar el pistoletazo de salida del año nuevo, una servidora acompañó cada grano (las mías con huesos) con un deseo. Hasta 12! No sé si sería porque me había quedado sin voz y no podía hablar (nada) o porque llevo a mis espaldas casi 50 intentonas con ese reto inalcanzable donde simplemente con no ahogarte ya vas bien, pero logré comerlas todas, y lanzar mis deseos a algún lugar sin coordenadas donde resuenen y vuelvan hechos realidad.