La vuelta al cole, una vez más. Después de cuarenta y siete años por el mundo, esto parece El Día de la Marmota. ¿Recordáis la peli?
Sin embargo, y aunque siempre parezca que todo se repite, cada año podemos conseguir que sea diferente, si aprendemos. Dicen que por eso el ser humano tiene recuerdos e inteligencia: necesitamos recordar para poder aprender y mejorar.
El tiempo es un continuo presente. Recordamos el pasado pero no sabemos el futuro. Conocemos el «ahora», justo el único momento en el que podemos tomar decisiones, movernos, equivocarnos y esforzarnos… pero necesitamos construir a partir de lo que ya sabemos. Por eso recordamos y por eso el futuro es desconocido y depende en buena parte de nosotros.
Cuántas veces olvidamos nuestro presente! Qué pocas oportunidades nos damos para tomar conciencia de él! La época estival es un buen momento.
Suelen haber muchos instantes de relajación, poco estrés, desconexión de la vida rutinaria y disfrute. Existen ratos muertos. Es cuando nos permitimos sentarnos delante del horizonte de nuestro mar, mientras nuestra mirada se va con el primer velero que pasa… A veces, debajo de unos pinos, y la mirada entonces se ensimisma en una ardilla o en el sutil y placentero balanceo de las hojas. Y -meciéndose en ese presente que se lleva las prisas bien lejos- podemos escuchar hasta los latidos de nuestro corazón…
Podemos no pensar en nada (¿alguien lo ha logrado?) y podemos pararnos a analizar cosas que han pasado, que no entendemos, a las que nunca dedicamos tiempo por ser tan pequeñas que pasan desapercibidas… (quizá no tanto en nuestro subconsciente y en nuestros intentos para alcanzar la felicidad)… cosas que a veces no se hablan y se encallan, que se presionan hasta ahogarlas en el recuerdo a fin de seguir soportando valientemente nuestro día a día…
¡Y no me digas que no sabes de lo que hablo!!
Desde ese presente, hice un pequeño recuento de mi vida, agobiada en exceso últimamente por no poder llegar a todas las cosas que me gustaría.
Al principio del verano, tenía una lista nunca escrita en papel, pero grabada en mi mente, de tantas cosas que hacer en este mes de vacaciones, que me creaba ansiedad solo pensar que no me daría tiempo a hacerlo todo (siempre me quejo de que no aprendo a gestionar mi tiempo). Bien, no he hecho ninguna de ellas. Ni una sola.
Quería hacer montones de recetas con sus fotos este verano y preparar novedades para este blog. También quería escribir con tranquilidad (algo que antes hacía a menudo y he aparcado bastante por falta de tiempo). Por supuesto, solo era una pequeña parte de mi lista. No he hecho nada. Cero.
Como siempre, el rey de los importunios -el señor D.Inesperado- hizo una exclusiva de su aparición. Trajo un contratiempo de los más temidos: mi padre envejece rápido y necesita cuidados 24 horas. Ya no puede valerse por sí solo. Un invitado inesperado para unas vacaciones largamente esperadas. Casi finalizando el mes, me tomé unos días libres. Entonces es cuando recordé lo que siempre olvido: que solo importa el momento presente. Todas mis urgencias perdieron sentido cuando una sola se impuso: descansar.
John Lennon decía que
La vida es eso que pasa mientras uno hace planes
Yo ya no hago demasiados planes. Últimamente vivo al día y cada noche pienso: «Un dia más superado»…
En este blog, donde siempre he cumplido mis fechas de publicación programadas y ante el que me siento a escribir para encontrar ese horizonte que a menudo pierdo, a día de hoy no sé si podré mantener las expectativas. Y sabéis qué he descubierto? Que me da igual. Voy a seguir escribiendo, cocinando y fotografiando, pero quizá no al mismo ritmo ni con la misma intensidad. Lo haré cuando pueda, cuando las circunstacias me lo permitan y cuando me siga sirviendo de conexión con el mundo y/o conmigo misma. No lo quiero perder, pero no me voy a agobiar más con ello. Puedo tener otras prioridades. Haré lo que entienda que es mejor. Nada más.
Así que con este aire fresco, pero cargado de emociones, necesidades, contradicciones y abierta a cualquier giro que se presente en mi vida, os sugiero esta crema fría de zanahorias con aromas orientales.
He combinado varias recetas para encontrar una propia, adaptada a mi gusto.
Con ella os invito a descubrir cada día y a que probéis a vivir más a menudo el presente; a que sepáis encontrar también durante el invierno momentos para dedicar a vosotros mismos, abstrayéndoos de las obligaciones ¿siempre inaplazables?…
Con ella abrimos de nuevo el blog, cara al «nuevo curso» sin saber muy bien cuál será la próxima publicación… sobre la marcha.
Bienvenido de nuevo a ti, fiel lector. Bienhallado, por la parte que me toca. Volvemos a la carga. Vamos allá… como mejor sepamos hacerlo. Eso es lo que cuenta.
Receta Crema fría de zanahorias con aromas orientales
Según la forma tradicional
Ingredientes (para 6 raciones)
450 g de zanahorias
1 chorro de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
130 g de cebolla picada
10 g de jengibre
160 g de leche de coco
Sal
600 g de agua mineral natural
4 cardamomos (enteros, con vaina y semillas)
1 cucharadita de cúrcuma
1 puñadito de hojas de cilantro fresco
Preparación
Cocemos las zanahorias limpias y preparadas, bien al vapor o hervidas. Escurrimos y reservamos.
En una olla, sofreímos la cebolla con un buen chorro de AOVE y un pellizco de sal, a fuego lento. Cuando esté blandita, agregamos la zanahoria cocida, el jengibre, la leche de coco, los cardamomos, la cúrcuma, el cilantro y el agua. Subimos el fuego y ponemos a cocer. Cuando empiece a hervir, reducimos al mínimo y dejamos así unos minutos (entre 5 y 10 minutos).
Apagamos el fuego, trituramos con una batidora y rectificamos de sal. Colamos, porque posiblemente quedará algún hilo de las vainas de cardamomo y de la fibra del jengibre.
Servimos. Para decorar, podemos espolvorear por encima a nuestro gusto unas semillas de sésamo, cilantro picadito o alguna rodaja fina de zanahoria.
Receta Crema fría de zanahorias con aromas orientales
Adaptación a Thermomix
45 min
Ingredientes (para 6 raciones)
450 g de zanahorias
20 g de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
130 g de cebolla cortada en cuartos
10 g de jengibre
160 g de leche de coco
Sal
600 g de agua mineral natural
4 cardamomos (enteros, con vaina y semillas)
1 cucharadita de cúrcuma
1 puñadito de hojas de cilantro fresco
1 l de agua para el vapor
Preparación
1.- Pelamos y troceamos las zanahorias. Las colocamos en el interior del recipiente Varoma y -después de poner el agua para el vapor en el vaso- colocamos la tapa y el Varoma en su posición. Programamos 25 min/Varoma/vel cuchara. Retiramos y reservamos. Vaciamos el vaso.
2.- Introducimos la cebolla en el vaso y la picamos 3 seg/vel 6.
3.- Tras bajar los restos adheridos a las paredes hacia el interior del vaso, añadimos el aceite y sofreímos 7 min/Varoma/vel cuchara.
4.- Incorporamos al vaso la zanahoria cocida, el jenjibre, el cilantro, una cucharadita de sal, la leche de coco, los cardamomos y el agua. Cocinamos 10 min/Varoma/vel 4. Rectificamos de sal.
5.- Esperamos que enfríe un poco la temperatura que marca la Thermomix hasta que marque 70 grados. Entonces, trituramos el conjunto 2 min/vel progresiva 5-10.
Te recomendamos el artículo de «recuperacionvisual.com»: zumo de zanahorias para tus ojos
Bienvenida al «nuevo curso». Te estaba esperando con ganas!!! Me he sentido muy identificada con todo lo que has dicho, y todas esas «obligaciones» que nos creamos son prescindibles, así que cojamos aire y «poc a poc»…Un millón de besos!!
Gracias por seguir ahí, Maite; por leerme y por esperarme. Poc a poc, seguim caminant! Un abrazo muy fuerte!
¡Bienvenida Paloma! Y me parece muy bien tu decisión, nada de agobios, se hace lo que se puede y disfruta también lo que puedas, el pasado se fue, y el futuro se desconoce, lo que cuenta es el presente. Yo aprendí eso hace años, ¡claro puedo ser tu madre! Vivo en una torre, que sin ser una mansión, tampoco es un pisito. Y si bien ya deje de trabajar en la calle, no tengo ninguna ayuda doméstica, de modo que mantengo la ropa y la comida al día, y limpiar….¡Cuando me sale de las narices! A veces pasó por una biblioteca que tengo arriba en el pasillo de los cuartos y me digo: aquí hay que limpiar a fondo…algún día. El día llega, pero no me doy mala vida. Igual con mi blog, no gano ni una perra con el, subo las recetas que hago y creo que merecen ser publicadas, solo por el placer de compartir, y no tengo un día fijo para publicarlas, a veces pueden ser dos días seguidos como puede ser algunas semanas. Tengo una amiga y colega, que vive en La Florida, que me esta proponiendo que haga un E-book con mis recetas, dice que tengo muy buen material, y eso me entusiasma y se ha ofrecido para ayudarme.
En cuanto a tu padre, yo se que es eso, porque yo en 2002 tuve que dejar mi casa y familia para ir a socorrer a mi madre con mi padre, estuve 6 meses cuidándolo hasta que murió el 23 de septiembre. Fue una época muy dura para mi, separada de mi familia y viendo el deterioro de la persona que he querido mas en esta vida, mi primer amor, y completamente lúcido. Me echaron 10 años encima. En fin amiga, esta vida tiene sus altos y bajos, pero como dice mi británico: «Count your blesings» y adelante que como dicen los venezolanos, «para atrás ni para coger impulso».
¡Ay, que esto es un blog de cocina! Y me he disparado toda una perorata sobre las piedras del camino.
Bueno vamos sobre tu receta. Me lo pones muy difícil, cardamomos enteros con su semilla y vainita. Yo lo que consigo por estos lares es curry, que se que uno de sus ingredientes es cardamomo. Por otro lado, a mi la única sopa fría que me gusta es el gazpacho, ni siquiera la famosa vichyssoise, me gusta fría. La hago pero caliente. Tu sopita es muy original y la haré ¡pero caliente! Un abrazo amiga, y no te agobies, no vale la pena. Espero algún día poder conocerte personalmente, un abrazo.
Lo has descrito muy bien: «… solo por el placer de compartir, merecen ser publicadas…»
Y eso es lo que no quiero perderme: el placer de compartir lo que más me gusta hacer. Cuando además te das cuenta de que el mundo está lleno de gente con tus mismas aficiones clonadas… disfrutas el doble! porque encuentras un sentido a lo que haces cuando alguien lo recibe y lo aprecia. Gracias, Rosa, por ser una de esas personas. Para mí también sería un placer conocerte personalmente. Debes de ser la bomba!
Yo ya pasé por el terrible proceso de ver caer a una de las personas que más he querido en esta vida: mi madre. El proceso fue durísimo y yo entonces estaba en el paro (y encima no tenía hijos), con lo que era la que más tiempo tenía de los cuatro hermanos y en la que más recayó la tarea de atenderla. Mi madre tenía Alzheimer y el deterioro de una persona alegre, llena de vida, «maravillosa» en todos los sentidos que puede tener la palabra, me dolió tanto y me marcó de tal forma que creo que aún no estoy preparada para pasar por algo similar por segunda vez (ni creo que jamás volveré a estarlo). Sencillamente, no quiero. No puedo. No lo soporto… (A la porra con que esto es un blog de cocina! La cocina es la expresión de lo que uno necesita transmitir, igual que sirve pintar un cuadro, tocar un instrumento o escribir… A veces uno debe saltarse las normas!). Y ese es otro motivo por el que necesito mantener este blog, este lazo con mi mundo, con mi gente, con mis ilusiones, mis aficiones… mi pequeño rincón, donde sigo siendo yo. Sé que me entiendes porque pasaste por algo similar. Es grato sentirte acompañada y recibir calor. Gracias de nuevo.
En cuanto a la receta, querida amiga, la cocina además de todo lo que hemos comentado largamente, es el cajón de un alquimista. Remienda las faltas de ingredientes de los que tu gobierno te priva con tu imaginación y buen hacer, de lo que has aprendido mucho y prepárala tibia, o caliente. Estoy segura de que te saldrá al menos igual de rica. Un abrazo fuerte.
Gracias Paloma, es bueno recibir contestación a lo que uno expresa. Un abrazo, y fuerzas para luchar por tu padre. Un abrazo
Me alegro de que estés de vuelta. Recuerda que esto tiene que ser un placer y una pesadilla. Todos los que te queremos y te seguimos queremos que seas feliz!
Besos desde el mojado Londres
Besos a tí también, tocaya. Me quedé con ganas de verte, pero sé que estás ahí y a menudo me da la sensación que la distancia es lo de menos. Casi te puedo tocar. Besos desde tu Valencia natal, tu otra casa.
Hola:
¡Qué bien! Ya de vuelta.
Por seguirte con la referencia cinematográfica aquí va la bienvenida https://www.youtube.com/watch?v=hBlB8RAJEEc
Y alentando el Carpe Diem presente en tu texto una perlita poética:
Itaca. Kavafis:
Si vas a emprender el viaje hacia Itaca
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencia, en conocimiento.
A Lestrigones y a Cíclopes,
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones ni a Cíclopes,
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.
Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en loa emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperlas y coral, y ámbar y ébano,
perfúmenes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Itaca te enriquezca.
Itaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentres, no te engañará Itaca.
Rico en saber y vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Itacas.
(Constantino Kavafis, 1863-1933, Poesías completas, XXXII)
Besos y abrazos fuertes. Inma.
He reído y también me he emocionado con tan calurosa bienvenida. Gracias de corazón. Hay veces en que más palabras no hacen falta. Esta es una de ellas. Un beso,
Por cierto, estás muy guapa con tu nuevo corte de pelo.
Pues no sabes! Aún me lo he cortado más!! ja,ja,ja… por pura practicidad (para ahorrar tiempo). Tenía que haberlo hecho antes! Gracias, Inma.
Muy buena pinta la crema de zanahorias. Seguro que la probaremos en casa.
En lo personal ánimo, nada más. El señor alemán, que le llama un compañero, es muy duro para los cuidadores.
Un abrazo
Gracias, Paco, lo sé. Probad la crema. Deliciosa. Besos.
El otro día me comí esta crema (espectacular por cierto), y volví a leer tus reflexiones. Han pasado diez meses desde este post, y creo que es bueno analizar las cosas con perspectiva y ecuanimidad. Paloma, ¿has cumplido los propósitos? Yo creo que sí, ¿verdad? Además, continuamente irán apareciendo escenarios donde plantearse qué queremos y qué tenemos que hacer para conseguirlo. Al final todos buscamos lo mismo: vivir 😉
Un beso,
Jesús
Que verdad mas grande! Eres un filosofo y me encanta que estes ahi para darle equilibrio a esta loquita que compartimos. Vivir el presente y dejarnos de «listas de cosas que quiero hacer». Besos
No os había contestado aún a ninguno de los dos!
A Jesús, decirle que sí, he logrado los propósitos (no agobiarme si veo que no llego, por ejemplo) y a los hechos me remito: varios días para contestar un par de comentarios… varios días sin publicar… pero siempre que entro y os encuentro, una alegría; siempre que me pongo delante de la pantalla a escribir de nuevo, un bienestar y algo para compartir! Sí, este era el objetivo: hacer las cosas que más me gustan y compartirlas, pero sin la presión ni la sensación de tener que cumplir con nadie… esto se da y se recibe libremente.
A Paloma, en realidad no le debería contestar yo, sino Jesús, a quien se dirige… pero creo que en este caso es lo mismo: VIVIR EL PRESENTE! No lo olvidemos nunca! Gracias mil por comentar y por estar a ese otro lado paralelo. Besos,
Hola la zanahorias m encantan yo como porque son muy buenas haré esa receta del puré chao Carmen desde Andalucia
Seguro que te gusta! Ya nos contarás! Un abrazo,