El debate sobre la soja
Hace ya bastantes años que empezó a recomendarse la soja y a hablarse de sus beneficios para la salud. Hace no mucho tiempo surgió el debate de si realmente eran sólo beneficios para la salud lo que aportaba o había que temer por posibles riesgos relacionados con el cáncer. En particular la preocupación surgió en las mujeres que ya habían sufrido un cáncer de mama.
Con este artículo intentaré aclararos cómo está el tema.
¿Qué es la soja?
La soja es una planta anual originaria del sudeste asiático. Produce vainas que contienen de dos a cuatro semillas o alubias. La soja pertenece a las legumbres, como los guisantes, y son una fuente de proteína de alta calidad. Se procesa para hacer muchos alimentos y aditivos alimentarios.
El consumo de ciertos componentes químicos de la soja se ha relacionado, en estudios de laboratorio con animales, con un menor riesgo de cáncer de mama, de próstata, de colon y de pulmón. Los ensayos clínicos son necesarios para entender cómo estos hallazgos se aplican a la prevención del cáncer en los seres humanos. La mayoría de los estudios que han demostrado beneficio ha utilizado la proteína de soja entera en lugar de los componentes de la soja en extractos.
Estos efectos beneficiosos de la soja son debidos a las isoflavonas, aunque otras sustancias también pueden contribuir. Las isoflavonas también son llamadas estrógenos vegetales o fitoestrógenos porque imitan, aunque débilmente, al estrógeno que se produce en los seres humanos y animales. Las principales isoflavonas son la genisteína, la daidzeína y la gliciteína y también están presentes en pequeñas cantidades en otros alimentos, pero son más abundantes en la soja.
Como fuente de proteínas, los productos de soja son una alternativa saludable a la carne. Los productos de soja también se recomiendan como ayuda para reducir el colesterol y la presión arterial, y para aliviar los síntomas de la menopausia así como suplemento a los tratamientos de la osteoporosis.
¿Cómo se consume?
La soja se puede consumir de muchas formas, como tofu, leche de soja, soja tostada, polvo de soja y proteína vegetal texturizada. La proteína de soja en polvo así como las barritas están disponibles en tiendas de nutrición y los mercados de alimentos saludables. Los polvos se pueden añadir a las bebidas o al cocinar los alimentos. La soja también está disponible como suplemento dietético en forma de cápsulas o píldoras. Los suplementos de isoflavonas también están disponibles, aunque la mayoría de las pruebas que demuestran los beneficios han utilizado la proteína de soja entera. La cantidad de isoflavona varía según el tipo de productos de soja. La proteína de soja y las isoflavonas no se encuentran en la salsa de soja o el aceite de soja.
¿Cuál es su historia ?
La soja se ha utilizado como fuente de alimento desde hace más de 5.000 años. Hoy en día, hay más de 2.500 variedades de soja que se cultivan en todo el mundo. No fue sino hasta hace poco cuando se iniciaron los estudios sobre las propiedades potenciales para la salud de la soja. Los estrógenos vegetales (fitoestrógenos) se identificaron por primera vez a principios de 1930. En ese momento se descubrió que la soja, el sauce y las granadas contenían compuestos que eran muy parecidas a los estrógenos. Los científicos comenzaron a estudiar las isoflavonas y la función que desempeñan en la reducción del riesgo de cáncer de mama en 1960. En un estudio prospectivo de 1981 en Japón, los investigadores encontraron que la ingesta diaria de miso, una pasta de soja, estaba relacionada con menores tasas de mortalidad por cáncer de estómago en más de 260.000 hombres y mujeres. Por entonces otros estudios sobre la soja comenzaron a ser publicados en los Estados Unidos y en octubre de 1999, en EE.UU. la Food and Drug Administration (FDA) aceptó permitir las declaraciones de propiedades saludables sobre el papel de la soja en la reducción de las enfermedades del corazón para los productos alimenticios que contengan proteína de soja.
¿Cuál es la evidencia?
Algunos investigadores creen que las isoflavonas de la soja, tales como la genisteína, la daidzeína y la gliciteína pueden jugar un papel en la reducción del riesgo de cáncer. Una serie de experimentos de laboratorio en animales y estudios de observación en humanos sugieren que la soja puede reducir el riesgo de varios tipos de cáncer, incluyendo cáncer de mama, de próstata, de ovario y cáncer uterino. Estos resultados aún no se han reflejado en los ensayos clínicos humanos, por lo que no hay conclusiones definitivas.
Los científicos creen que hay evidencia suficiente para que los fitoestrógenos deban ser estudiados en ensayos clínicos y quizás ser considerados junto con el tratamiento médico estándar para el cáncer de mama o de próstata.
Algunos estudios han sugerido que el efecto de los alimentos de soja sobre el riesgo de cáncer de mama depende de la edad en la que se consumen. Se cree que el alto consumo de soja en mujeres jóvenes, en el momento en que el tejido mamario se está desarrollando y los niveles de estrógeno son relativamente altos pueden ofrecer cierta protección. Sin embargo, no está claro si el consumo de soja después de la menopausia, cuando los niveles de estrógeno son naturalmente bajos, tiene algún beneficio o incluso puede ser perjudicial.
Varios estudios de los hombres con cáncer de próstata han sugerido que los alimentos de soja y/o suplementos pueden reducir los niveles de antígeno específico de próstata (PSA), una sustancia que normalmente aumenta a medida que crece el cáncer de próstata. En otro estudio los niveles de PSA no disminuyeron durante el tratamiento de soja pero aumentaron más lentamente que los que tenían antes de comenzar el estudio. Aunque estos resultados son alentadores, se necesitan más investigaciones para saber si los productos de soja ayudan a los hombres con cáncer de próstata a vivir más tiempo.
La soja y los alimentos de soja también se han estudiado en ensayos clínicos donde se ha demostrado que ayudan a reducir el colesterol y la presión arterial.
¿Existen posibles problemas o complicaciones?
Este producto se vende como un suplemento dietético en la mayoría de países. A diferencia de los medicamentos (que deben ser probados antes de ser autorizados para su venta), las compañías que fabrican suplementos no están obligadas a demostrar a la Administración de Alimentos y Fármacos que estos suplementos son seguros o efectivos, siempre y cuando no proclamen que los suplementos pueden prevenir, tratar o curar ninguna enfermedad específica.
Algunos productos pueden no contener la cantidad de la sustancia que está escrita en la etiqueta, y algunos pueden incluir otras sustancias (sustancias contaminantes). Las cantidades reales por dosis puede variar entre marcas e incluso entre diferentes lotes de la misma marca. En 2007, la FDA escribió nuevas normas para mejorar la calidad de la fabricación de suplementos dietéticos y la lista apropiada de ingredientes de los suplementos. Sin embargo, estas normas no se refieren a la seguridad de los ingredientes y sus efectos sobre la salud.
La mayoría de estos suplementos no se han probado para saber conocer su interacción con otros medicamentos, alimentos, u otros suplementos. A pesar de que algunos informes de las interacciones y los efectos perjudiciales pueden estar publicados, los estudios completos de interacciones y efectos no suelen estar disponibles. Debido a estas limitaciones, cualquier información sobre efectos adversos e interacciones debe considerarse incompleta.
Los alimentos de soja (no los suplementos) son una fuente excelente de proteína y puede ser una buena opción para las «dietas sin», vegetarianas. La soja contiene muchos fitoquímicos, algunos de los cuales tienen actividad estrogénica débil y parecen proteger contra cánceres dependientes de hormonas en estudios con animales. Otros compuestos de la soja tienen propiedades antioxidantes y pueden tener también efectos anticancerígenos. Hay un gran interés por el posible papel de los alimentos de soja en la reducción de riesgo de cáncer, especialmente el cáncer de mama, pero la evidencia en este momento es mixta. Para las mujeres supervivientes a un cáncer de mama, la investigación actual no encuentra efectos nocivos del consumo de alimentos de soja. Estos alimentos pueden incluso ayudar a que el tamoxifeno, uno de los principales medicamentos que se utilizan para prevenir la reaparición de este cáncer, funcione mejor. Por el contrario no se sabe muy bien cuáles son los efectos de los suplementos de soja. Incluso es posible que no deban consumirse si la mujer ha sufrido ya un cáncer de mama. No existen estudios clínicos que demuestren la seguridad de los suplementos en estas pacientes por el riesgo de que estimulen la recidiva del cáncer.
Por ello actualmente podríamos decir que lo único recomendable con seguridad son los alimentos de soja, consumidos con moderación, y no los suplementos.
Los efectos secundarios de la soja son raros, pero pueden incluir problemas intestinales tales como dolor de estómago o diarrea. Comer soja es generalmente considerado seguro para los que no son alérgicos a ella.
Los suplementos de isoflavonas de soja parecen ser seguros para la mayoría de la gente, aunque es posible que pueda haber riesgos no identificados. Los suplementos de isoflavonas no se han estudiado en mujeres embarazadas, y estas fuentes concentradas pueden no ser saludables para el feto. Los alimentos que son elaborados a partir de soja se consideran seguros durante el embarazo.
Algunas personas son alérgicas a las proteínas de la soja y pueden tener reacciones graves o potencialmente mortales a los alimentos que contienen soja o suplementos. Los síntomas de una reacción alérgica pueden ser leves, como los estornudos o goteo de la nariz, o más grave, con erupción cutánea, urticaria, picazón, dificultad para respirar o tragar, mareo o desmayo, y una caída de la presión arterial (shock). Las personas alérgicas deben evitar todas las formas de soja y los suplementos a base de la misma.
Pero lo que es muy importante: utilizar estos alimentos de soja o los suplementos como único tratamiento en el cáncer de mama y evitar o retrasar la atención médica convencional puede tener graves consecuencias para la salud.
Rosa,consumo soja diariamente en forma de leche de soja. Los alimentos que consumimos con más frecuencia tienen forzosamente una repercusión importante en nuestra salud. Tu artículo, esencial, claro y completo, me ha gustado mucho pues ha contribuido a mejorar mi conocimiento sobre la soja y me ha despejado algunas dudas que tenía sobre ella. Muchas grácias por tu estupendo trabajo!
Gracias por tu comentario, Bernardo. Me alegro de que te haya resultado útil. Si hay algún otro tema que te interese no tienes más que sugerirlo.
Un saludo.
Rosa.