La berenjena, esa belleza púrpura
La berenjena (Solanum melongena) es una planta anual cuyo nombre es un vocablo de las lenguas drávidas de la India, de donde es nativa la especie.
De allí pasó al persa, luego al árabe y de ahí al español a principios del siglo XV. Dicho vocablo árabe es el origen de todos los nombres comunes de la planta en Europa.
Su origen
Su cultivo data de antes del 2000 a. C. y existen innumerables documentos escritos que sitúan su origen en el sudeste asiático.
Llevada por comerciantes árabes pasó al norte de África y más tarde, en la Edad Media, entró a Europa por la España musulmana, desde donde se extendió por los países cálidos del Mediterráneo.
Es muy posible que por desconocimiento de cómo tratar culinariamente a la berenjena o por utilizar especies no comestibles causó problemas digestivos, creándose una mala fama. Durante los primeros siglos de su entrada a Europa existió la creencia de que su consumo provocaba múltiples enfermedades como fiebre, epilepsia y alteraciones mentales (“la locura” como se llamaba antiguamente), por lo que la planta fue utilizada durante tiempo como un adorno decorativo y exótico y no como un alimento.
La primera documentación sobre la berenjena en lengua castellana se encuentra en el libro llamado Cancionero de Baena (del siglo XV) donde cita sus usos y virtudes. Fue introducida en América por los españoles.
Allí donde se produce es muy consumida. Los mayores productores mundiales de berenjena son China e India. También se produce en Japón y en diversos países del Mediterráneo como España, Italia y Grecia.
Sus propiedades
La berenjena está cargada de vitaminas y minerales, pero sus beneficios para la salud se extienden más allá de la adición de nutrientes esenciales en nuestra comida.
Contiene otros compuestos que promueven la salud ya que, al parecer, podría tener cierto efecto protector contra el cáncer y la capacidad de ayudar a reducir el colesterol.
El ácido clorogénico
El ácido clorogénico es un compuesto vegetal que se caracteriza por su alta actividad antioxidante. Es el compuesto antioxidante dominante en la berenjena. Esto es importante ya que el ácido clorogénico tiene una gran capacidad para luchar contra los radicales libres, y también es capaz de reducir el colesterol LDL (colesterol malo).
También es anti-mutagénico, lo que significa que puede proteger a las células de la mutación a células cancerosas, y además es antiviral.
El nasunin
El nasunin es un compuesto antioxidante que se encuentra en la piel de la berenjena. Un estudo publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, demuestra que el nasunin de la berenjena tiene capacidades antiangiogénicas. Cuando algo es angiogénico significa que estimula el crecimiento de los vasos sanguíneos y el suministro de sangre.
Mientras que eso suena como que podría ser algo bueno, cuando se trata de cáncer, no lo es. Las células cancerosas tienen la propiedad de la angiogénesis, lo que significa que pueden desarrollar un medio para aumentar su propio suministro de sangre, lo cual favorece que una masa cancerosa o tumor pueda crecer con bastante rapidez. El nasunin de la berenjena parece que podría reducir esta capacidad angiogénica.
Fibra, vitaminas y minerales
La berenjena es también una excelente fuente de fibra dietética, que puede ayudar a proteger contra el cáncer de colon y mantiene un ritmo intestinal adecuado.
Las vitaminas de la berenjena son principalmente la vitamina A (en forma de beta-caroteno), vitamina B, ácido fólico y vitamina C.
La berenjena es, además, rica en minerales con una gran cantidad de potasio, magnesio, calcio y fósforo.
100 gramos de berenjena proporcionan 24 calorías, con menos de 1 gr de grasa. Ello la convierte en un estupendo alimento en una dieta saludable.
Preciosa fotografía que ilustra un artículo que, como siempre, nos enseña a valorar aspectos relacionados con nuestra salud. Las propiedades antioxidantes, anticancerígenas, vitaminantes y mineralizantes de la berenjena nos hacen poner en valor esta humilde verdura con tanta historia de intercambios en los que España ha hecho de puente comercial entre oriente y occidente. Muy interesante esa propiedad antiangiogénica (lo repetiré para acordarme!) del nasium, presente en la piel de la berenjena. Cualquiera que lea este excelente artículo mirará, como yo lo hago, con otros ojos a la berenjena, que comeré con piel y todo acordándome del nasium…..Rosa, grácias una vez más por educarnos poco a poco de una manera tan amena, clara y práctica!
Bernardo, muchas gracias por tus comentarios. La verdad es que los artículos no serían lo mismo sin ellos. Son como un buen prólogo en un libro.
Me alegro mucho de que tú también vayas a redescubrir la berenjena y a disfrutarla ahora más todavía. La que ves en la foto es una variedad enana que elegí de semilla para poder plantarlas en maceta. Tú mismo puedes cultivarlas incluso en tu balcón o ventana. No veas lo buenas que están simplemente cortadas por la mitad y hechas a la sartén con un poquito de aceite de oliva y sal para comerlas con su piel (y su nasunin, claro!).
Además de tener unas bonitas flores de un tono lila suave y ser una planta de hojas interesantes, es generosa y te da sus bellos frutos durante todo el verano. Eso sí, cuidado con las pinchas de la parte superior que sujeta el fruto. Las verás en la foto. Atraviesan incluso los guantes de jardinero!!
Si alguna vez vas a un restaurante indio, te sugiero que pidas un plato que contenga berenjena (como el «Brinjal bhaji»). Verás y comprenderás aún más por qué llegó hasta nosotros desde aquellos lejanos países.
Un saludo.
Rosa, la verdad es que disfruto leyendo tus artículos, no sólo por lo instructivos que son, sino porque están, a mi parecer, muy bien escritos. Siempre me ha producido fascinación la unión del arte y la ciencia…. Un saludo afectuoso!
Muy buen artículo, y no se porque se me había pasado por alto. A mi me encantan las berenjenas y tengo una receta que aprendí en un viaje a Grecia, la mousaka (no se si está bien escrito) viene a ser como un pasticho o lasagna (lasaña)pero con berenjenas
Rosa, has dado en el clavo con la mousaka. Es uno de mis platos preferidos y un ejemplo estupendo donde la berenjena da ese toque especial de sabor y consistencia.
Gracias por tu aportación.
Un saludo.