La piel y el sol – Parte 1
Si bien es verdad que cierto grado de exposición a la luz solar es necesaria y saludable para nuestro organismo, el exceso puede ser peligroso.
Si recordáis, en mi anterior artículo os explicaba que la mayor fuente de vitamina D para nuestro organismo es la exposición solar con la ventaja adicional de que, por esta vía de producción propia, no existe el riesgo de sobredosis de vitamina D que sí existe con la toma de suplementos de esta vitamina.
Pero, por otro lado, la exposición excesiva al sol puede producir quemaduras en la piel y a largo plazo, el exceso de esta exposición está asociado con el desarrollo de cáncer de piel, envejecimiento cutáneo prematuro, la supresión del sistema inmune (un ejemplo: es frecuente que los herpes labiales afloren tras un largo día de playa) y enfermedades oculares tales como cataratas.
Por tanto es necesario que haya un equilibrio entre los riesgos de tener demasiada luz solar y los riesgos de no tener la suficiente. Lo que está claro es que la quemadura se debe evitar siempre.
¿Qué recibimos del sol?
La radiación natural del sol es la radiación ultravioleta (UV). Esta radiación se divide en tres categorías diferentes en función de la longitud de onda. La longitud de onda es la distancia entre dos picos sucesivos de una onda. Las longitudes de onda UV se miden en nanómetros (nm), que es la milmillonésima parte de un metro. Cuanto más corta es la longitud de onda mayor es la energía que envía.
- Las radiaciones UVA (315-400 nm) tienen las longitudes de onda más largas y son sólo ligeramente afectadas por los niveles de ozono. La mayoría de la radiación UVA es capaz de llegar a la superficie de la Tierra y puede contribuir a las quemaduras solares, al envejecimiento de la piel, dañar nuestra vista, e incluso alterar nuestro sistema inmunológico.
- Las radiaciones UVB (280-325 nm) se ven fuertemente afectadas por los niveles de ozono. Las disminuciones en el ozono estratosférico provocan que más radiación UVB puede llegar a la superficie de la Tierra, causando también quemaduras solares, daño visual, la supresión del sistema inmune, y una variedad de problemas de la piel, incluyendo cáncer de piel y envejecimiento prematuro.
- Las radiaciones UVC (180-280 nm) tienen las longitudes de onda más cortas, y están fuertemente afectadas por los niveles de ozono. Prácticamente toda la radiación UVC es absorbida por la capa de ozono, el vapor de agua, el oxígeno y el dióxido de carbono antes de llegar a la superficie de la Tierra.
Por lo tanto, la radiación UV que alcanza la superficie de la Tierra está compuesta en su mayoría por los rayos UVA y UVB.
Casi la mitad del total de la radiación UV durante el día se recibe entre las 10 am y las 16:00. Incluso en un día nublado, podemos quemarnos con el sol debido a la radiación UV.
En el fondo lo sabemos
Mira que nos lo han dicho veces: “¡Cuidado con el sol!” pero… ¿quién renuncia a querer verse morenito en verano?
Por desgracia, en nuestra sociedad occidental actual, está muy arraigada la idea de que el tono moreno de la piel es más favorecedor y tendemos a abusar del sol en verano desde nuestra juventud.
Antiguamente, en el siglo XIX esto era completamente lo opuesto y en la belleza, sobretodo de las mujeres, se valoraba mucho el tener el tono de la piel lo más claro posible. La palidez del rostro era una prueba de pertenencia a la aristocracia. Las clases obrera y campesina, que desempeñaban su actividad al aire libre, presentaban una tez bronceada.
Hace años no era raro encontrarme en mi consulta pacientes que acudían con quemaduras solares severas, incluso niños, por abuso del sol sin ninguna protección.
Por suerte las cosas han cambiado en este sentido y la gente está mucho más concienciada de lo importante que es la protección y la prevención en la exposición al sol.
¿Por qué nos ponemos morenos?
Cuando consigues un bronceado, lo que realmente está sucediendo es que los melanocitos de tu piel (las células que la pigmentan) producen melanina en respuesta a la luz ultravioleta del sol. El pigmento tiene el efecto de absorber la radiación UV de la luz solar, por lo que protege a las células del daño UV. La producción de melanina lleva cierta cantidad de tiempo: es por eso que la mayoría de la gente no se pone moreno en un día. Hay que exponerse a la luz ultravioleta durante varios períodos de tiempo para activar los melanocitos. Al repetir este proceso más de 5 a 7 días el pigmento se acumula en las células a un nivel que es protector.
El párrafo anterior se aplica a los caucásicos. En otras razas, la producción de melanina es continua, por lo que la piel está siempre pigmentada en un cierto grado. En estas razas la incidencia de cáncer de piel es mucho más baja, porque las células están constantemente protegidas de la radiación UV por la melanina.
Los melanocitos producen, en realidad, dos pigmentos diferentes: la eumelanina (marrón) y la feomelanina (amarilla y roja). Los pelirrojos producen más feomelanina y ménos eumelanina, por lo que no se protegen tan bien del sol. En los albinos, la vía química que produce la melanina no puede continuar debido a la falta de la enzima tirosinasa. Por lo tanto los albinos no tienen melanina en su piel, el cabello o el iris y son muy vulnerables a la radiación solar.
¿Sabías que el uso de gafas de sol puede hacerte más susceptible a las quemaduras solares?
Esto es así debido a que la glándula pituitaria de nuestro cerebro, que produce la hormona estimulante de melanocitos (MSH) está conectada al nervio óptico. Esto significa que puede percibir la luz y puede variar la producción de esta hormona en función de la cantidad de exposición al sol.
Este principio se aplica a la producción de huevos de granja de forma que para mantener la producción en invierno utilizan luz artificial en los gallineros. Así se estimula la producción de otra hormona pituitaria que hace que las gallinas produzcan más huevos (otra razón más para intentar comprar los huevos de gallinas camperas).
El “mito” del protector solar
La numeración SPF o factor de protección solar de las cremas solares fue introducida en 1962 para medir el efecto de un filtro solar frente a los rayos UVB.
Para determinar el SPF de un protector solar, se realiza un estudio con 20 personas sensibles al sol y se mide la cantidad de rayos UV (el tiempo de exposición) que se necesita para que se quemen sin protector solar. Luego se vuelve a realizar la prueba con protector solar. El número “con protección solar” se divide por el número de “sin protector solar”, y el resultado se redondea a los cinco más cercanos. Este es el SPF.
La graduación SPF comienza en 2 y llega hasta 100 hoy en día, aunque esta cifra requiere aclarar varias cosas. En primer lugar, para averiguar cuánto tiempo puede permanecerse al sol con un determinado SPF, hay que utilizar esta ecuación:
Minutos para quemarte sin protector solar x número de SPF = tiempo máximo de exposición al sol recomendada
Por ejemplo, si te quemas después de 10 minutos de exposición al sol, un SPF de 15 te permitiría estar en el sol hasta 150 minutos sin quemarte. Pero antes de coger la calculadora y lanzarte de cabeza a la playa, debes saber que esta ecuación no es exacta. La gente suele usar mucho menos protector solar de la cantidad utilizada en la pruebas de testado de las cremas. En el mundo real, el adorador promedio del sol utiliza la mitad de la cantidad de protector solar utilizada en el laboratorio, lo que podría dar lugar a una quemadura de sol en la mitad de tiempo.
Así que, ahora sabemos que un número SPF más alto significa más tiempo de exposición al sol. También indica el nivel de absorción de los rayos UVB, pero este número no aumenta de manera exponencial, lo cual puede llevar a confusión. Por ejemplo, un SPF de 15 absorbe el 93,3 por ciento de los rayos UVB, pero un SPF de 30 absorbe el 96,7 por ciento. El número de SPF se ha duplicado, pero la tasa de absorción se ha incrementado en sólo el 3,4 por ciento.
Además, a pesar de las etiquetas “resistente al agua” o “resistente al sudor”, los protectores solares disminuyen en eficacia cuando se expone al agua o el sudor.
Debido a la confusión sobre la absorción de los rayos UVB, se propuso un límite en el número de SPF. Cualquier protección solar superior a 30 SPF sería un “más de 30” o “30+” como suele aparecer en los productos a la venta. Por encima de 30, el porcentaje de absorción UVB y la protección general de la piel aumenta sólo ligeramente, pero la gente suele malinterpretar estos números SPF mayores como un nivel mucho más alto de protección o incluso una garantía de protección durante todo el día. Así, imagina que compras una crema con un SPF de 70. Con ese número, una persona que normalmente se quema en 10 minutos ahora podría disfrutar de 700 minutos -casi 12 horas- en el sol sin ningún daño. ¿Verdad?
Pues, no exactamente y por los motivos que he explicado del aumento no exponencial de la capacidad de filtrado de la crema y por no aplicarla en cantidad suficiente y de forma reiterada durante la exposición sobretodo si nos bañamos o sudamos. Cuidado pues, ya que 12 horas en el sol podría provocarte una quemadura muy seria.
¿Cómo debemos protegernos?
En lugar de dejar que el SPF sea tu única guía para protegerte del sol, evita una quemadura siguiendo algunas reglas simples de protección solar.
- ¿Cómo es tu piel?: Si eres más blanco que una hoja de papel, si su tía Amparo tiene cáncer de piel, o si eres sensible al sol a causa de una medicación o una condición médica, toma medidas adicionales. Manténte alejado del sol tanto como sea posible, usa un sombrero, gorra o visera cuando estés fuera, utiliza un protector solar de amplio espectro con un SPF alto y vuelve a aplicarte protector solar a menudo, sobretodo si sudas o te bañas. Si tu color de piel es normal o no eres sensible al sol lo tienes mejor para disfrutar de unas horitas en la playa o en la piscina siempre que no te excedas en el tiempo, no escojas las horas de sol más fuerte, y no te apliques el clásico y tradicional sistema del “vuelta y vuelta” que acaba casi siempre siendo excesivo. Si vas a bucear con tus gafas y tus aletas es recomendable hacerlo con una camiseta. Los buceadores “de fin de semana” se suelen llevar de recuerdo a casa una quemadura solar en la espalda si no van con cuidado.
- Ampliar el espectro: El número de SPF indica la protección sólo contra los rayos UVB. Muchos protectores solares, incluso aquellos con un alto SPF, permiten que los rayos UVA sean absorbidos por la piel. La protección UVA suele venir indicada por una etiqueta de “amplio espectro” o especificando “Filtro UVA”. Elige estas cremas para asegurarte la cobertura más completa.
- Siempre con antelación: Aplica la crema 15 a 30 minutos antes de exponerte al sol.
- Exposición completa: No importa lo alto que sea el SPF, el protector solar puede proteger sólo la piel que cubre y hay que aplicar la cantidad suficiente. Un poco no vale. Los lugares más olvidados suelen ser, los labios, las orejas, la parte posterior del cuello y la parte superior de los pies.
- Utiliza la cabeza:
- No intentes ponerte moreno en un día ni en un fin de semana.
- No esperes o pretendas adquirir el tono “Julio Iglesias”, a no ser que no te importe lucir una piel de “uva pasa” a partir de los 50 o antes incluso.
- Intenta no exponerte en las horas centrales del día.
- Utiliza la toalla para secarte tras el baño y no para tostarte “a la plancha” en la arena de la playa.
- Protege especialmente a los niños. Si hace falta ponerles una camiseta ligera y una gorra, pónselas. Ellos pasan muchas horas jugando con la arena y es fácil que tomen el sol demasiado. Asegúrate de que beben suficiente agua.
En la segunda parte del artículo os explicaré cómo tratar la quemadura solar y cómo reconocer el “golpe de calor”.
Rosa, un artículo de obligada lectura para tantos “adoradores del Sol” como veo por esas playas de Dios….Muy esclarecedor el análisis que haces del índice SPF, sobre el que tanta confusión hay, y ,como siempre, impagables las prácticas y claras recomendaciones finales para evitar quemaduras por exceso de exposición a la radiación UV. Grácias, una vez más, por cuidar de la salud de todos los que te leemos.
Rosa, por cierto, qué oportuna la fotografía del maravilloso cuadro de Sorolla, creo que se titula “paseo en la playa”, en la que su mujer Clotilde y su hija María pasean por la Malvarrosa. El cuadro lo pude contemplar en una visita inolvidable a la casa-museo de Sorolla en Madrid. Las dos elegantes mujeres van cubiertas protejiéndose del Sol según la exigencia de la moda (piel blanca) de la época, como muy bien recuerdas en tu artículo. Otro acierto más que completa el rigor intelectual y el conocimiento médico con el arte de uno de nuestros más excelsos artístas.
Bernardo, muchas gracias por tus comentarios pero el mérito de la elección del bonito cuadro de Sorolla es de nuestra artista cocinera y fotógrafa Paloma. Mira que tiene buen gusto, eh?
También te deseo que disfrutes del verano y de todo lo bueno que nos trae.
Un saludo.
Rosa.
Gracias por la parte que me toca! En realidad quería que todas las entradas tuvieran su fotografía original correspondiente made in ETB… pero no conseguía reflejar en una foto lo que quería y por fin alguien me sugirió recurrir a quien mejor retrató la luz del sol (que es precisamente de lo que trata el artículo de Rosa): El valenciano D. Joaquín Sorolla, uno de los mejores luministas.
Feliz comienzo de verano! (aún queda muuucho por delante). Besos,
Me encanta lo del moreno Julio Iglesias. Yo he pasado por años de quemaduras – al sol sin protección- roja como un langostino- dolor a morir- pelada como una gamba – blanca otra vez. Los años me han hecho ver que el tono de piel debe venir por añadidura y no como objectivo así que ahora me cubro de crema solar de protección, me olvido de lo del pollo al ast – vuelta y vuelta, y me pongo más morena que nunca. Quizá porque no me obsesiono. Gracias de nuevo por tu artículo guapa.
Paloma, guapa, gracias por tu comentario. Tu ejemplo personal es muy ilustrativo y seguro que mucha gente tomará nota de tu experiencia y tu resolución con respecto a cómo afrontas ahora tu relación con el sol. Tu color de piel es muy bonito de forma natural así que con que obtengas la suficiente vitamina D no te hace falta más. Cuídate mucho y espero que disfrutes de tus vacaciones. Ya tenemos ganas de verte por aquí, campeona!!
Un beso.
Rosa.