Las dietas de adelgazamiento (parte 3)
Lo primero y más importante que se necesita para conseguir tener un peso adecuado y mantenerlo en el tiempo es
La motivación.
Ésta debe ser una motivación sensata y que pueda perdurar en el tiempo. No sirven los objetivos puntuales como podría ser un evento cercano en el que queremos poder lucir una prenda especial o la cercanía del verano y el cambio de vestuario. Esos objetivos pueden ayudar a empezar una dieta pero desaparecen con el tiempo y nos dejan sin la motivación constante que necesitamos (para mantener el peso logrado).
Deberíamos plantearnos un motivo más importante como lo es nuestra salud presente y futura y quizás añadirle un componente de reto personal con nosotros mismos. ¿Qué mayor superación personal que ganar la batalla de una vez por siempre en nuestro tira y afloja contínuo con la báscula? Mira a tu alrededor: si hay gente que lo ha consiguido, ¿por qué no vas a poder conseguirlo tú?
Esta misma motivación debe ir acompañada por cierto grado de sensatez que nos aporte la serenidad y la paciencia que vamos a necesitar. De nada sirve plantearnos un objetivo imposible de alcanzar en un tiempo razonable o simplemente excesivo (como quedarnos en la talla 36 si llevamos muchos años por encima de la 42. Nuestra fisiología puede limitarnos aquí).
Hay factores que pueden darnos un empujoncito y quizás sea vuestro caso. Algunos puede que tengáis problemas de salud o antecedentes familiares de enfermedades que podáis heredar y que hagan recomendable que os cuidéis especialmente. Otros habréis descubierto otros intereses como el de comer sano por el placer de hacerlo, cocinar comida fresca y casera por el gusto de hacerlo y también evitando así al máximo los conservantes, colorantes, etc., por el riesgo añadido de problemas futuros como el cáncer. El haceros vegetarianos por evitar el sufrimiento animal y al mismo tiempo mejorar vuestra salud.
Cualquiera de esos motivos puede ayudaros mucho a mantener la motivación de vuestro cambio de “chip” y de vida y os lo puede facilitar de forma que el cambio sea gradual y progresivo y “cale” en vuestra rutina de vida “lento pero seguro”.
Cuanto más despacio vayáis más garantías tendréis de quedaros donde deseáis.
Lo segundo sería analizar nuestra situación: ¿Por qué tenemos sobrepeso?
Sinceramente ¿qué podría mejorar en mi dieta y en mi forma de vida? Cada persona tiene una altura y un peso corporal diferente, así como factores genéticos y fisiológicos que comportan un metabolismo característico. Nuestra actividad laboral también es diferente y en nuestro tiempo libre hacemos cosas muy diversas según cada caso.
Nuestra ingesta de calorías necesaria irá en función de todos estos factores y por ello los requerimientos serán diferentes.
Quizás no comemos como deberíamos o no nos movemos lo suficiente.
Por supuesto es muy importante que nuestro estado de salud sea correcto y en nuestro sobrepeso no estén implicados problemas como alteraciones hormonales (diabetes, problemas tiroideos, alteraciones hormonales de la menopausia, toma de ciertos medicamentos, otras patologías…). Por ello siempre es recomendable estar al día con los chequeos de salud y estar bajo la supervisión de vuestro médico que podrá orientaros acerca de cuál sería vuestro peso adecuado y qué cantidad de calorías diarias requerís para perder peso o mantenerlo según los factores mencionados anteriormente. Hoy en día se puede medir fácilmente el porcentaje de grasa corporal y se puede monitorizar su evolución, lo que da mayor información que la pérdida o ganancia de peso en la báscula.
Una vez sabes exactamente cuántas calorías diarias requiere tu cuerpo para el normal funcionamiento, se puede recomendar una reducción sensata del número de calorías al día de forma que se pueda seguir una dieta sana y efectiva con garantías. Nadie debería seguir una dieta por debajo de 800 Kcalorías/día. Esto provoca alteraciones del metabolismo y efecto rebote muy fácilmente. Una reducción de tan sólo 200 Kcalorías diarias con respecto a lo que comemos normalmente ya es suficiente para, a medio-largo plazo reducir nuestro sobrepeso.
Por poneros un ejemplo: 2 rebanadas de pan de molde tienen aproximadamente 200 Kcal. Seguro que conocéis a alguien que ha perdido peso sólo reduciendo o eliminando, por ejemplo, el pan en las comidas. Esto demuestra que pequeños cambios pueden tener su resultado, sin ser muy drástico en nuestros cambios pero siendo constantes.
Y es que , si nos damos cuenta, hay muchos ”pequeños excesos” de los que podemos prescindir. El pan en las comidas es sólo un ejemplo. ¿Qué tal sustituirlo por un pequeño bowl de ensalada, del mismo tamaño que el trozo de pan? O ¿qué tal sustituir las patatas fritas de la guarnición por un puñadito de verduras? Una pieza de fruta como postre tiene muchas menos calorías que cualquier dulce, tiene más fibra y vitaminas y seguro que su precio se nota en la cuenta del restaurante o en la cesta de la compra.
Mi madre siempre decia que para mantenerse habia que compensar. Si te pasas en la comida porque tienes un fiesta, a la noche cenas fruta!
Gracias por comentar y compartir (los recuerdos y la historia de cada uno no tiene precio)… pero recuerda: ¡también puedes hacer ejercicio!! 🙂
Un beso, guapa
Me ha parecido muy interesante el articulo sobre las dietas de adelgazamiento. He leido las tres partes seguidas.
Estoy de acuerdo contigo que hay dos cosas muy importantes, la motivacion y disciplina de cada uno y por otro lado el hacer deporte o cualquier actividad fisica.
No podemos perder peso comiendo una ensalada y luego sentarnos en el sofa tres horas.
Mañana empezamos semana y trabajo por la tarde, asi que por la mañana saldre a correr y asi continuar con la operacion bikini.
A seguir asi con el blog.
Besos
Gracias por tu comentario, Jose Manuel. Esa es la actitud!
Te deseo buena suerte con tu plan y espero que la cuarta parte del artículo te resulte útil también.
Un saludo.
Rosa.