Existen multitud de recetas de sopa de cebolla. Evidentemente, al ser un plato tradicional entendemos tarea realmente difícil el definir su origen, aunque al parecer ronda Francia e Italia, debido a la utilización del queso y la cebolla, ambos ingredientes muy utilizados tradicionalmente en estos países.
También por el mismo motivo (que la sopa de cebolla sea una receta muy extendida, largamente versionada a lo largo de la geografía europea y a lo largo del tiempo) este tipo de comidas acaban con que cada uno de nosotros la cocina en su casa a su manera, con los ingredientes que más a mano pueda tener y a su gusto.
Al fin y al cabo, la cocina es lo que tiene: las combinaciones son tantas posibles, que siempre podríamos estar creando, experimentando, aprendiendo… esa es precisamente una de las razones por las que amo la cocina: me relaja. Me meto en mi mundo cuando me pongo el delantal. Me abstraigo, huelo, descubro matices, colores, mezclas… pinto al calor del fuego, jugando con las sensaciones más sugerentes. Todo puede cambiar con un nuevo ingrediente… es el desarrollo mismo de la intuición. Se convierte en mi escape. Me abstraigo, me encuentro a mí misma…
En este caso, me he limitado a prepararos una sopa de cebolla lo más sencilla que se me ocurre, porque es muy importante para mí que la comida diaria no sea pesada, sino que sea ligera, mediterránea, digestiva… y también fácil de preparar para no complicarnos mucho la vida, y si puede ser, económica. Podemos sofreir con mantequilla, por ejemplo, pero yo personalmente encuentro el AOVE más sano, y el queso podría ser mucho más graso, pero entonces ya sabemos dónde quedará acumulado… Utilizando este queso light, sale riquísima y evitamos grasas de más ¿No os parece?
Hace unos días mi amiga Mónica me decía que andaba buscando una receta casera de sopa de cebolla. Así que: Moni, esta entrada va por tí! Espero que la pruebes y te guste. Que aproveche! 😉
Receta Sopa de cebolla
Según la forma tradicional
Ingredientes (para 2 raciones)
3 cebollas medianas (unos 350 g)
Aceite de oliva virgen extra
1 pellizco de sal (opcional)
1 cucharada rasa de pimentón de la Vera
360 g de caldo desgrasado de pollo o de carne (caldo vegetal para vegetarianos). En cualquier caso, a ser posible caseros.
2 cucharadas colmadas de queso cremoso light (tipo Philadelphia)
Preparación
Picamos la cebolla y la sofreímos en una olla con un poco de aceite de oliva virgen extra y un pellizco de sal (al final tendrá bastante sabor, así que si preferís no usar sal, la opción de no ponerla también está bien. Si decidís poner, solamente un pellizquito).
Añadimos la cucharada rasa de pimentón y removemos para mezclar. Enseguida (rápidamente, porque si no puede amargar) añadimos el caldo y dejamos cocer unos 10 minutos a partir del momento en que arranque a hervir.
Agregamos el queso y removemos para que se deshaga bien. Dejamos cocer de nuevo todo junto a fuego fuerte 5 minutos más. Servir caliente.
Receta Sopa de cebolla
Adaptación a Thermomix
25 min – 35 min
Ingredientes (para 2 raciones)
3 cebollas medianas (unos 350 g)
30 g de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
1 pellizco de sal (opcional)
1 cucharada rasa de pimentón de la Vera
360 g de caldo desgrasado de pollo o de carne (caldo vegetal para vegetarianos). En cualquier caso, a ser posible caseros.
2 cucharadas colmadas de queso cremoso light (tipo Philadelphia)
Preparación
1.- Pelamos la cebolla y la cortamos a cuartos. La introducimos en el vaso de la Thermomix y picamos 4 seg/vel 5.
2.- Añadimos el AOVE y sofreímos 7 min/Varoma/vel cuchara.
3.- Ponemos el pimentón y lo envolvemos con la misma cuchara con el sofrito. Rápidamente, antes de que pueda amargar, añadimos el caldo. Cerramos la tapa y programamos 10 min/Varoma/vel cuchara.
4.- Añadimos el queso cremoso light y programamos de nuevo 2 min/Varoma/vel cuchara.
Servimos caliente.
Gracias Paloma por acordarte, la voy a probar enseguida que pueda y te comento, menuda pinta más buena. Un besos guapa!
Gracias a tí por fiarte de mí al querer hacerla.. je,je…
Espero de verdad que te guste, pero sea como sea… ¿me lo dirás, eh?
Un beso,
Una sopita en este tiempo siempre queda bien.
¡Y tanto! Aunque por aquí está haciendo demasiado calor para ser invierno… (Va a días!) De todos modos, los platos de cuchara templan el cuerpo y sientan de maravilla.
Gracias por comentar. Un saludo,