A estas alturas de mes, me atrevo a decir que ya todos hemos vuelto de las vacaciones estivales (quienes las hayamos tenido). Retomamos de nuevo el ritmo frenético del día a día que conlleva vivir en una sociedad marcada por el horario, bombardeada por el consumismo y en apariencia lejos de permitirnos SER en lugar de tanto HACER… Y es que necesitamos tener «presencia», poner nuestros cinco sentidos, no solo en lo que hacemos, sino en cómo lo hacemos.