Hacía un mes que no publicaba nada en mi humilde espacio gastronómico particular, que tantos buenos momentos, instantes placenteros, amigos en la distancia e imágenes que acercan al empacho de la gula de comer con los ojos, me ha dado…
La vida pasa y cuando nos damos cuenta, de repente descubrimos que andamos construyendo nuestro propio océano, añadiendo gota a gota, formando una vasta ola que termina por precipitarse en un silencioso crepitar de agua… Nos descubrimos haciendo cada día las mismas cosas, a veces con un esfuerzo terrible, como si VIVIR debiera suponer un sacrificio; a veces, en plan automático, sin tiempo a sentir, a disfrutar, a admirar, a descubrir, a investigar… Solamente un objetivo: HACER. Hay que hacer, cuantas más cosas al día, mejor… Y llegar, porque el tiempo da para lo que da y desde luego no alcanza para dedicarlo a no hacer nada.