¿A quién no le gusta el salmón? Todos sabemos lo que cuesta una bandejita de salmón marinado o ahumado envasado al vacío, al menos en este país, y -aunque no lo compremos de la marca que te asegura que es noruego y toda la pesca- y nos hayamos llevado a casa la marca blanca de nuestro supermercado del barrio: una leña!
Bien, queridísimos lectores… pues que sepáis que -al igual que os comenté con la receta del micuit de foie– es facilísimo facilísimo facilísimo de hacer y está mil veces más bueno que el comprado!